Subo al tren descarrilado camino a la chingada. Traigo la sangre caliente.

Tuesday, August 30, 2005

Aprendí a Llorar

Todo indica que estoy comenzando una etapa nueva en mi vida. Habremos de ver qué tanto llega a consolidarse como "etapa" así que por lo pronto podremos llamarla "experiencia". La deseé mucho y estoy feliz que esté sucediendo. Siento que es como cerrar un círculo de alguna manera. Recuerdo haber visto telenovelas desde los cuatro o cinco años, quizás, y ahora estoy escribiendo una. Cómo olvidar a Christian Bach apretando el paso por los pasillos del aeropuerto de la Ciudad de México, buscando con impaciencia a Frank Moro en EL AMOR NUNCA MUERE. Helena Rojo, humillada al grado de acabar en el lodo, en LA VENGANZA. Una Verónica Castro picarona apareciéndose entre montones de paja en LOS RICOS TAMBIÉN LLORAN. Héctor Bonilla corriendo sobre las olas de Acapulco, ansioso por amar, hacia los brazos de Lucía Méndez, toda mojadita, en VIVIANA. El cuerpo desnudo de "Martha" mientras se bañana en una regadera vaporosa para luego ser asesinada y su cadáver descubierto por Angélica Aragón (con una lágrima solitaria rodando por su mejilla) en VIVIR UN POCO. La silla eléctrica subiendo por la gran escalera de la casa de los Almazán en COLORINA. Diana Bracho perseguida por los perros en CUNA DE LOBOS. Arturo Peniche rescatando del manantial a una Edith González suicida en MONTE CALVARIO. Los diamantes en el tacón de Daniela Romo en EL CAMINO SECRETO. Ofelia Medina zapateando sobre la mesa de una taberna en LA GLORIA Y EL INFIERNO. Andrés García ahogándose en el mar en TU O NADIE. El grito de "¡Maricela!" exclamado por Margarita Sanz a punto de pistola en AMOR EN SILENCIO. Las campanas repicando al comienzo de EL DERECHO DE NACER ("ven, quiero tenerte junto a mi..."). Daniela Castro, a punto de convertirse en monja, rescatada por la intervención de Raúl Araiza en CADENAS DE AMARGURA.

Podría seguir, pero ahora sí ya basta. Me encanta el melodrama pero todo tiene un límite. Lo que quiero decir es que me han aprobado para escribir una historia parecida a las que iluminaron mi infancia y gran parte de mi adolescencia. Sé que me divertiré... escribir me euforiza y hacer una telenovela será una aventura (quizás con eso mi anuncio de "se solicita una aventura" queda contestado). Veremos como va sucediéndose esto.

Wednesday, August 10, 2005

Concierto para una voz

Vuelo hacia la libertad,
Pero, ¡qué melancolía!,
El desencuentro con mi paternidad,
Hay armonía,
No hay paz.

(ejercicio provocado por Mahler)

Monday, August 08, 2005

Se solicita una aventura

Como tanto lo temía, he dejado que mi vida caiga en el tedio por cuenta propia . Ni yo mismo aguanto más el hastío de saber que mi vida profesional se está quedando corta como ocurría cuando vivía en Los Angeles. Creo que parte es mi culpa pues me encuentro en un trabajo en donde no tengo tanto qué hacer. Como quien dice, el tiemo pasa y yo cobro por hacer muy poco. Mi papá cree que debo de presionar a mi jefe para que me dé más obligaciones y tiene razón... solamente que para eso, tendría que tener contacto con mi jefe. Verlo físicamente. Es que nunca viene a la oficina. Lleva semanas (o meses) en que se aparece una vez o nomás no se aparece (la compañía tiene dos domicilios y él tiene oficinas en ambos). A la vez, no sé qué debo estar haciendo en esta compañía, no veo mi lugar aquí. Estoy en el medio que me gusta, ni hablar. Pero creo que mi jefe me contrató en un arranque de euforia y ahora no sabe qué hacer conmigo. Le guardo toda la lealtad - es el mejor jefe que he tenido en mi vida - y quiero serle últil. Pero siento que podría correrme en un futuro (¿cercano?, ¿lejano?) por lo mismo.

Lo peor es que siento que el tiempo pasa y mi vida sigue sin avanzar (al menos, profesionalmente... bueno, también en muchos otros sentidos). Se encuentra menos estancada que durante mis últimos años en Los Angeles, pero estancada al fin y al cabo. Faltan logros, energía, chispa, satisfacción. Está inerte y algún día lo voy a lamentar más de lo que ya lo hago.

Se solicita una aventura. Se solicita el arrastre que trae el peligro, el corazón a flor de piel, el sudor, el esfuerzo. Creo que debo hacer a un lado el miedo, tanto miedo que cargo. Aún no es tiempo de una aventura amorosa porque cuando las he probado, han destapado lugares oscuros del alma que no deseo volver a visitar. Pero el trabajo me lo grita.

Tengo que pensar muy bien en mi siguiente paso. Cómo hablar con mi jefe (o escribirle un email, o pedirle una cita personal...). Porque el tiempo pasa y lo voy a lamentar. Ahora es tiempo de trabajar y aventurarse. De clavarse y olvidar todo. Se solicita una aventura.

Próximamente: Se solicita una aventura II

Yo soy aquel

He aquí mi geografía.

Yo soy:

1. Robert Kincaid (The Bridges of Madison County)
2. William Miller (Almost Famous)
3. Jack Baker (The Fabulous Baker Boys)
4. Salvatore (Cinema Paradiso)
5. Terry Prescott (You Can Count on Me)
6. Graham (sex, lies & videotape)
7. Rubén Cano (La Maldita Primavera)
8. Clarissa Vaughn and Virginia Woolf (The Hours)
9. Conrad Jarrett (Ordinary People)
10. Tom Wingo (The Prince of Tides)
11. Rafael Belvedere (El Hijo de la Novia)
12. Oda Mae Brown (Ghost)
13. Zorba (Zorba, the Greek)
14. Ben Sanderson (Leaving Las Vegas)
15. T.E. Lawrence (Lawrence of Arabia)
16. Tom Robinson Lee (Tea & Sympathy)
17. C.C. Baxter (The Apartment)
18. Mrs. Watts (The Trip to Bountiful)
19. Scottie Templeton and Jud Templeton (Tribute)
20. Suzanne Vale (Postcards from the Edge)

Thursday, August 04, 2005

Tiempos mejores

Siempre vendrán. Y como tengo muchos deseos que lleguen, he decidido divorciarme de la amante más hermosa, sensacional, suculenta e intensa que he tenido en mi vida: la jarra. La conocí a los quince años en una fiesta de Navidad y fue fascinación total al primer instante. Nuestro único lenguaje era el exceso... entre nosotros nada de copitas de vino tinto, ni el inocente tequilita para abrir el apetito. No. Todo la razón de nuestra relación se basó en que no había algo más excitante que perder el control. Tirarse al precipicio. Abordar aquel tren descarrilado rumbo a la chingada que tanto menciono en estos blogs. Yo cerraba los ojos y ponía todo en sus manos y ella me regalaba noches maravillosas. Nos gozamos tanto. Fue una relación amorosa perfecta; la mejor (y única) que he tenido a lo largo de los últimos quince años. No me exigía nada (más que unas crudas hijas de la chingada... tan sólo un precio pequeño que yo estaba dispuesto a pagar) y la recompensa de su amor era increíble. Yo siempre he querido ser mariachi y al primer sorbo de un vodka enfriadito, el sueño se volvía realidad. Me volvía el bohemio que chupaba a pico de botella con Lucha Villa y cantaba "Echame a mi la Culpa" con Lola Beltrán y el Mariachi Vargas de Tecatitlán. El simple estilo de vida del borracho me parecía fenomenal: la euforia, las risas, el tren descarrilado.

Pero el encanto se esfumó. A mi amante le salieron verrugas en la nariz y se pedorreaba en la cama. Peor aún, me hizo ver que estaba triste. Mis borracheras eran feroces, imprudentes y negativas. Ya tengo tantos otros problemas como para que la jarra acabe por agravarlos o se convierta en uno más de ellos. Mi manera de beber siempre ha sido la de un alcohólico (lo supe desde aquella primera copa) pero nunca antes me había causado este daño emocional. Ahora que soy un hombre de treinta años con más complejos, frustraciones y pedos personales y profesionales que a lo largo de los últimos quince años y no puedo darme el lujo de permitir que la jarra me los acentúe o los entrampe más. Se acabó el amor. Se acabó la pasión. El deseo sigue ahí y seguirá por mucho tiempo... pero habrá que vencerlo un día a la vez. ¡Yo puedo hacerlo! Siempre vendrán tiempos mejores.

Tuesday, August 02, 2005

Mi razón

He perdido para siempre

lo que fuera de mi vida un gran amor;

he perdido por cobarde

lo que tanto veneró mi corazón.



Yo no quise hacerle daño

ni llevarla por caminos de dolor,

y hoy me alejo como extraño

dando paso a la razón.



Aquí estoy entre botellas

apagando con el vino mi dolor,

celebrando a mi manera

la derrota de mi pobre corazón.



Y si acaso ya inconsciente,

agobiado por los humos del alcohol,

no se burlen si le grito,

si entre lágrimas le llamo,

todo tiene su razón.

- Homero Aguilar

Los humos del alcohol

Pues ya fui y vine de Monterrey. Fue un fin de semana como tantos otros que he pasado en Monterrey desde que ya no vivo ahí. Sin querer, sigo el mismo patrón de chingaderas que siempre me ocurren en estas visitas: lagrimitas, crudas, recriminaciones, risotadas desquiciadas, borracheras de tren descarrilado, enjuiciamientos a media sociedad, depresión, comilongas. En breve, bipolaridad: cómo te quiero. ¿Acaso seré bipolar? Realmente lo dudo porque mi vida ya sería un verdadero desastre sin solución en estos momentos. Lo digo así porque pienso que todavía hay solución y porque aún logro manejar mis emociones de la mejor manera que puedo. Pero bueno, habría que preguntarle a los que están cerca de mi para saber qué piensan. Total, mis papás y hermana me regalaron un IPod que no puedo usar porque mi chingada computadora no tiene el maldito Windows 2000 Service Pack 4 (o Windows XP) que se requiere para instalar el programa. Y creo que la cosa esa cuesta bastantito. A ver cómo solucionamos esto. Puros pedos.

Ahora sí estoy ahorrando para ir a Los Angeles a principios de octubre. Cómo quisiera estar ganando más para poder ahorrar para el futuro y también para regalarles un viaje a mis papás de aniversario de bodas. Pero eso lo sabremos pronto porque se lo plantearé a mi jefe.

Hoy fui al aniversario de una tía que cumplió un año de haber dejado de beber. Estuvo lo máximo. Mucha, mucha emotividad. El corazón a flor de piel. Felicidades a mi tía.