C'est une joie, et une souffrance.
François Ozon. François Ozon. François Ozon. El nombre de mi director favorito, la persona que yo quiero ser cuando sea grande (aún me rehúso a envejecer, lo siento). Lo acabo de redescubrir ya que algunos años atrás vi dos de sus películas (SOUS LE SABLE y SWIMMING POOL) y recordé lo mucho que me había inspirado en mi propia creatividad. No sé por qué azares del funcionamiento de mi mente, ha vuelto a mis pensamientos... pero ahora es para no irse nunca. Gracias a su obra, me ha renacido en los últimos días una fuerza en mi espíritu creativo que ya necesitaba para sacar adelante el tipo de trabajo que busco realizar. Comparto enteramente su sensibilidad e ideas, me emocionan y alteran en todo sentido. La actitud y el mensaje de sus películas son únicos, poderosos, grandiosos. Una voz como ninguna otra en el cine actual.
Me duele hasta la médula no haber visto su penúltima obra, 5 * 2, cuando se presentó en la muestra pasada de la Cineteca. Y me desvivo por la oportunidad de poder ver su más reciente, LE TEMPS QUI RESTE, estelarizada por el genial Melvil Poupaud.
Por el momento, me afterro a esas dos palabras al tiempo que escribo mi propio guión: François Ozon. François Ozon. François Ozon.