Subo al tren descarrilado camino a la chingada. Traigo la sangre caliente.

Monday, September 26, 2005

Soy el águila errante

Los hechos: nos citamos a las 9:30pm en el Ligaya, un restaurante padrísimo de la Condesa. Yo iba hecho un príncipe, me puse mi mejor traje (un Hugo Boss que tenía guardado para una ocasión especial), me restregué la cara la noche anterior para cerrar poros y todo eso, en fin, me pulí. No es por echarme porras, pero me veía bastante bien (hasta me lo hicieron notar en el trabajo). Estaba nervioso, contento… ¡por fin se me iba a hacer tener un momento a solas con JdDO! Suena terriblemente cursi, pero ¡era la primer cita romántica de mi vida!

Llegué puntualísimo y eso me dio tiempo para escoger una mesa para dos hacia el fondo, algo muy íntimo que permitiría lo que yo esperaba fueran actitudes de igual naturaleza. A las 10pm, ya iba en mi segunda copa de vino blanco y nada de JdDO. Me empecé a preocupar. Llamé a su celular y me dijo que iba en camino, pero que venía acompañado de SU HERMANO. Tragedia. Mi corazón se fue hasta el suelo y comprendí que la razón por la cual venía con acompañante era porque no quería nada conmigo. Rápidamente indiqué a la mesera que me cambiara a una mesa para tres (imagínate la vergüenza si no le hubiera llamado y me hubieran encontrado en mi mesita íntima para dos), pedí otra copa de vino y encendí el tercer cigarro de una cajetilla que terminaría vacía al final de la noche.

Dieron las 10:15pm y yo ya estaba hablando solo, mentándome la madre a mi mismo y a JdDO, recordando canciones que iban muy de acuerdo con las características depresivas de la noche (“Looking for Love in all the Wrong Places” y “Soy el águila errante, que se cruzó en tu vuelo… qué bonita pareja haríamos tú yo, traicionero el destino fue el que dijo que no”). A causa de esto último, no en balde varios comensales a mi alrededor me echaron miradas de extrañeza (“que pedo con este cabrón que habla solo”, seguro pensaron).

A las 10:30pm llegaron los hermanitos. No es el que hermano no me haya caído bien, ¡pero esa debió haber sido una noche entre JdDO y yo! En mi depresión, puse mi mejor cara e hice como si no pasara nada. Luego, JdDO tomó el micrófono de la conversación durante toda la noche para dedicarse a relatar sus triunfos pasados en el modelaje y la actuación y cómo la gente le tenía afecto en la vida y demás. Ahí mismo me di cuenta que esta cena la estaba tomando como un evento de relaciones públicas. De manera implícita, se estaba promoviendo para que yo le impulsara su carrera en la compañía… al menos eso fue lo que yo entendí por su actitud. Nunca conoceré la verdad pero sí siento que, de no haber estado el hermano, otro gallo hubiera cantado (y creo que no habrá otra cena entre nosotros dos, así que el misterio me durará toda la vida). Platicó insistentemente de un actor/modelo que es su amigo, lo cual me llevó a creer que entre ellos podría haber una relación que va más allá de la amistad (o que, por lo menos, le gusta a JdDO).

Y no es que me haya caído mal, es más, me sigue encantando. Sigo enamorado, qué puedo decir. Su personalidad durante la cena fue la misma que me conquistó… noble, agradable, decente. Su belleza a flor de piel. Estuve y estoy en sus manos. Total, al final de la noche, cuando estábamos esperando su carro y el hermano se había alejado por unos momentos, sucedió algo que me dolió. Comenzamos a platicar de aquella noche hace tres semanas cuando fuimos a una fiesta de la compañía y luego al departamento de un amigo donde traté de darle un beso en la boca. Yo me disculpé profundamente y en eso, me abraza y me dice “no importa, no importa”. Luego me vuelve a abrazar… un abrazo que era más que de amigos. Si no quiere nada conmigo, ¿por qué me hace pensar lo contrario? ¿Por qué prende el agua y no se mete a bañar? ¿Me quiere tener picado por una conveniencia profesional?

Después me invitó a la fiesta de una amiga suya (también actriz) en un bar de Polanco y yo, borracho, acepté (JdDO no había tomado porque tiene alergia al alcohol). En la fiesta me volvió a abrazar y hasta me mencionó que la siguiente vez que nos viéramos, me llevaría a un bar que seguramente me gustará. Me tenía todo aturdido, obviamente. Aprovechaba cada momento para platicarle, estar a su lado. Después, junto con su hermano, me dio un aventón a mi casa (que le quedaba lejísimos de la suya, o sea que fue un gesto amable de su parte) y en el camino creo que me evidencié de más porque, aunque no dije abiertamente que me gustaba, hablé de cosas personales mías (“nunca me he enamorado”, etc) que, en retrospectiva, suenan patéticas y seguramente le disgustaron.

Al cerrar la puerta de mi casa, me deslicé contra ella y lloré por dos horas seguidas. Fue como apagar la lumbre con gasolina. Todavía el dolor me acecha, no lo puedo evitar. Nunca antes había llorado por alguien. El domingo le envié un mensaje a su celular: “Hola J, Gracias por el viernes, me la pasé excelente. Si puedes entre semana avísame y lo repetimos. Mucha suerte con tu obra hoy en la Condesa. Un abrazo”.

No me ha respondido hasta ahora. Creo que ya no lo hará. Fui a misa y hasta le pedí a Dios que me diera chance. That’s a lot for me, man. Quizás le marque a mi regreso de Los Angeles la siguiente semana pero sinceramente creo que debo dejar que esto muera. JdDO no me quiere como novio, no le intereso, me queda claro... ya le he tirado tanto el anzuelo que debe saber dentro de sí que me tiene en un estado de fascinación extrema. Estoy enamorado, punto. Y de verdad. No es sexual, va más allá. ¿Nimodo?

Just my luck that when I finally fall in love, it's with someone who won't love me back.

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