Subo al tren descarrilado camino a la chingada. Traigo la sangre caliente.

Wednesday, September 21, 2005

Es un sorbo de coñac

Anoche estuvo aquí. Asomó su cara a mi oficina, sonrió y yo casi me zurro. Nos abrazamos y luego platicamos. Yo estaba hecho un desmadre... tuve que hacer un esfuerzo claro y consciente para no temblar y obviamente para no caer al piso de un ataque cardíaco. JdDO, en cambio, con una frescura absoluta. Sin problema alguno. Creo que ya se dio cuenta que me tiene en sus manos (¡qué bueno! para que luego salga con que se sorprendió) pero no me siento en peligro (bueno, falta que luego acabe con el hocico ensangrentado). Quedamos en cenar este viernes. Propondré un restaurante de la Condesa. Algún lugar con mesas pequeñas que permitan la plática de murmullo, al oído. ¡Tengo que hacer mi lucha! Este asunto me ha tenido desbaratado por casi tres semanas y quiero ponerle un fin, para bien o para mal. He resuelto conmigo mismo que este es un gran riesgo... pero estoy dispuesto a tomarlo porque alguna vez tengo que hacerlo en esta vida. No importa si me batean o no, al menos yo lo intenté y por mi no quedó. Tengo que darle en la madre al hielo que traigo dentro y sentirme liberado emocionalmente.

"¿Puedo confiar en ti? No tengo la menor idea de cómo vayas a reaccionar pero espero que no lo tomes a mal... nunca se lo he dicho a nadie antes y ahora me quiero arriesgar... me gustas mucho."

Ojalá me responda lo mismo y si no, solamente pediré su silencio al respecto. A fin de cuentas, soy un hombre discreto.

1 Comments:

Blogger Ligustrino Campana said...

Bien. Todas las otras cosas sonarían estúpidas, mentirosas, superfluas, si no te deseara suerte. Suerte. Sí, sí, ya sé que perdió un poco la emoción, pero bue'... todo no se puede.

8:35 PM

 

Post a Comment

<< Home