No se puede vivir así (proveniente de Sinaloa)
Hoy es dieciocho de julio. Más de la mitad del 2005 ha transcurrido y yo todavía sigo en la baba.
El viernes me subí al tren descarrilado rumbo a la chingada que tanto me gusta. Una amiga y yo empezamos cenando en un restaurante de la Condesa pero como el lugar era muy ruidoso, al poco tiempo caminamos a la cantina que está a un lado y chúpale pichón. “¿Qué ordenamos?”, le pregunto a mi amiga. Después de observar el tipo de lugar, dio una respuesta obvia: “Pues tequila”. Y así fue. Cantamos con el trío y nos reímos mucho. Cerca de la 1 de la mañana, cambiamos de restaurante. En el siguiente, pedimos champaña (un lujito) y vodka. A mi amiga le vino el down y a mi medio hueva que se deprimiera. No hablaba, se me quedaba viendo con cara de quejumbre y yo que quería seguir riendo. A veces cuestiono mi amistad con ella… es muy linda, pero puede ser muy naca. Ese toque naco siempre me ha causado simpatía pero luego hay momentos en que me exaspera.
Total, la convencí (no sé cómo) de que nos fuéramos a un bar del Centro Histórico que alguna vez conocí en una borrachera de miedo. Es un antrazo que parece que alguna vez sirvió de locación en una película de Sasha Montenegro y/o Lyn May. Qué bonito es el arrabal. Bueno, yo estaba tan jarras que me di un madrazo en la pista (el cual me aplaudió todo el bar con estruendosa ovación). Acabamos a las 5 de la pinche mañana, así que el sábado tuve que dormir una siesta de 5 horas seguidas para reestablecerme.
En la noche, fuimos a un concierto. Como teníamos pases de backstage, pudimos conocer a los cantantes. Hubo alguien en especial que tuve gran deseo de conocer… pero no me atreví a acercarme. Ya me había observado durante los cambios de vestuario del concierto, lo cual quiere decir que quizás le pudo haber gustado que me acercara con un saludo. Pero la situación fue superior a mis fuerzas y no lo hice. Más bien, me mordí un huevo y me acordé de las promesas que he hecho de concentrarme en las cosas que me hagan feliz y no en todas las demás. Pero tengo que admitir que me afectó no haberle saludado… me atrae mucho y me da curiosidad saber cómo es en persona. Nos llegaremos a conocer más adelante, eso no lo dudo, pues trabajamos en el mismo medio. Control, control.
El domingo acudí a ver una obra de teatro... si así se le puede llamar. Es más mala que la roña. Los actorcitos le echan ganas pero de plano la cosa está de flojera. Después comí un pato que aún me saboreo en La Taberna del León. Fui con una persona que desde hace tiempo me tira el calzón pero ya le hice ver que nunca podría existir nada (no quiero ahondar en el tema). Me cae bien porque es noble, de buen corazón. Además siempre platicamos cómodamente sobre las grillas y entretejes de nuestra empresa… lo cual no puedo hacer con nadie más. Al fin de cuentas, creo que entiende que no quiero una relación de ese tipo con nadie.
Existe la posibilidad que me largue a Valle de Bravo este fin de semana. No sé si me anime. El grupo de gente con el que iría es muuuuy desmadroso (muy pero muy) y tengo la impresión que el lunes regresaré hecho polvo. ¿Y qué tanta necesidad tengo de ir? No sé. Veremos que decido en la semana.
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