Y te tengo que esperar

Dejo la Capital este fin de semana porque voy al concierto de Juan Gabriel en el palenque de Monterrey. Estoy emocionado por muchas razones... para empezar, nunca he ido a un palenque y creo que voy a caer enamorado del ambiente, los gritos, el alboroto, la naturaleza de un fiestón como esos. Además, creo firmemente que Juan Gabriel es el mayor poeta de la música popular mexicana desde hace treinta y cinco años. Después de José Alfredo, no ha habido alguien como él que entienda la esencia emocional del mexicano de manera tan precisa, tan aguda. Además, de una forma esplendorosa. Lo que este hombre expresa en sus composiciones abarca todos los estratos socioeconómicos, géneros y edades de este país y los hace vibrar con el mismo sentimiento al escuchar y recitar de memoria la letra de "Se me olvidó otra vez", "La Diferencia", "Inocente Pobre Amigo" o cualquier otra. Su naturaleza melodramática, trágica, orgullosa, doliente, desparpajada, visceral y eufórica es el gran espejo. Voy a ser feliz este fin de semana, estoy seguro.

Hoy me decidí a hacer algo que quizás no debí haber hecho... pero ya ni modo. Y además, va muy de acuerdo a lo que yo siempre he sido. Le escribí a quien se ha mantenido en mis sueños por mucho tiempo. Me animé, me expuse y dentro de poco veremos si dará fruto. Quizás no reciba respuesta alguna y precisamente eso será la respuesta. Lo siento, tenía que escribirle, tengo que descubrir por mí mismo si hay una posibilidad. Lo más seguro es que todos los que me aconsejan tengan razón: no debo buscar el amor. (... ¿pero si pasa algo bueno a fin de cuentas?)No sé, creo que se aparecerá en el momento menos pensado. ¿Pero cuándo? Tengo treinta años y quisiera vivir los momentos jóvenes de mi vida a su lado. Quiero ser feliz ahora... ¡Ya quiero sonreír!