Subo al tren descarrilado camino a la chingada. Traigo la sangre caliente.

Tuesday, February 21, 2006

La verdad, yo también te necesito

Ayer escribí una entrada en este blog, pero he estado tan nervioso durante los últimos tres días que decidí mejor eliminarla porque era muy reveladora y en lugar de que me haya servido como terapia fue más bien como echarme bajo un camión de ruta. Lo que puedo decir acerca de este fin de semana pasado es que fue uno de los más turbulentos que he vivido en mi vida. Todavía anteayer me desperté a las 3 de la mañana en mi cama alucinando que veía animales que se me tiraban encima desde el techo (me imagino que esto es a causa de las emociones tan intensas que viví). Ahora mismo siento al corazón que, literalmente, no para de retumbar en mi pecho como tambor marroquí. Sólo me falta que esto se me convierta en problema cardíaco, me muera y acabe por nunca vivir este amor que tanto deseo.

Nos conocimos y unas horas después, nos besamos. Me estremeció para siempre. Estábamos un poco borrachos, pero sentí y sigo sintiendo que me había estado enfilando hacia ese momento desde hace años. Nos vimos al otro día y luego al otro ("un día, otro día y otro..."). Volvieron a haber unos cuantos besos, pero nada más. Quiere tomar las cosas como deben ser, conocernos primero. ¡Qué bueno! Porque yo funciono mejor así y esta persona me gusta tanto que sé que si las cosas se dieran más rápido, podríamos estropear la experiencia fenomenal que posiblemente nos esté esperando. Claro, también podría no darse nada. Si tiene que ser, será. Y si no, realmente qué lástima... pero tendré que seguir adelante. Por lo pronto me encuentro revoloteando en una vóragine de incertidumbre, emoción, ilusión, fascinación... ¡ay amor ya no me duelas tanto!

Y eso que todavía no hemos profundizado tanto en nuestras personalidades. Le queda conocer toooooodos mis pedos emocionales... soy tan complicado que después de que le abra mi cajita de Pandora sabré si en verdad quiere seguir saliendo conmigo o no. Ni modo, yo soy así... con miedos, rebuscamientos, creencias...

Lo único que tengo para decirle es (como diría Eugenia León): Yo vengo a ofrecer mi corazón.

3 Comments:

Blogger Yoshimi * said...

Casi derramo una lágrima, sólo una...


Es un sitio agradable su blog.

12:34 PM

 
Blogger Anonymous said...

Gracias Yoshimi por tus comentarios. Durante los últimos días, yo también he sentido que estoy a punto de derramar una lágrima o muchas. ¿Volverá a llamarme? No lo sé. Por lo pronto, escribo. Saludos y por aquí nos vemos..

1:50 PM

 
Blogger Silencio said...

Me quedo con los besos, bien, nada como eso, simple no un veamos de dias o un acostamos de horas, el proceso lento, siempre disfrutable.


Saludos

10:57 PM

 

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