Se cortó el pelo para salir en un cortometraje

No sé cuándo fue que mi vida se convirtió en este cascarón. Todo gira en torno a JdDO y no lo puedo evitar. Y yo, en cambio, le resbalo a JdDO. Es realmente triste ver que no puedo escribir en este blog de otro tema que no sea la fascinación que me provoca. Nos acabamos de encontrar hace unos minutos y sé que ese instante estará dando vueltas en mi cabeza por el resto del día... o peor aún, por el resto de la semana. God, I'm pathetic. ¿En que momento voy a lograr que su espectro se ahuyente de mi vida? Lo peor del caso es que por más que lo deseo, aún tengo la esperanza de que algún día regrese y acepte lo que siente por mí. ¿Qué le voy a hacer? Para mí, JdDO es el premio mayor. Lo máximo. De quien siempre imaginé enamorarme. Y me enamoré, sólo que no se enamoró de mí.

El sábado me tiraron la onda en una fiesta y creo que yo me pasé de lanzado. Debí haber sido más cauto. Además, se trata de alguien que no me interesa a futuro. No quisiera que le pasara lo mismo que a mí con JdDO.

Obviamente, fue otro fin de semana sin JdDO.