Abrir los ojos

Anoche tuve un encuentro crucial con JdDO. Por fin le confesé todo lo que me ha hecho sentir desde aquella fiesta en que me enamoró. ¿Y saben qué? Me liberé. Siento un gran alivio de habérselo dicho.

Alrededor de las cuatro de la mañana, estando yo medio pedo y JdDO en absoluta sobriedad (tiene alergia al alcohol), empezamos a platicar sobre la última relación amorosa que tuvo y luego yo le conté sobre la persona de la cual me había enamorado recientemente. Le dije que me esa persaona me había atraído como nunca en mi vida (la primera vez que me sucedía, le recalqué), pero que ya había logrado entender que yo no le había gustado yo ("esa persona" es, obviamente, JdDO... pero sólo le mencioné que se trataba de "una persona").

Se abrió y me contó una intimidad suya que hizo que yo también le soltara una mía. Al final, sin proponérmelo con anterioridad, me asombré a mi mismo cuando me le acerqué a su oído y le murmuré: "El día que tú quieras". No entendió (o medio entendió) y se lo tuve que repetir. Me vio con un aire de confusión hasta que cayó en cuenta de lo qué me refería. "El día que quieras... " soy tuyo. Esa es la frase completa.

No sé si me volverá a llamar o si querrá involucrarse conmigo de esa manera o como amigos, pero ya me la jugué y me siento bien de haber hablado con la verdad de una buena vez. ¡Tenía que decirla! Confieso que nada me haría más feliz que empezáramos una relación sentimental... anoche, antes de nuestra plática, hubo un largo momento en que nos colocamos los brazos sobre nuestros hombros. Sin duda, fueron de los segundos más emocionantes y deliciosos que he vivido en este año.

Por lo pronto, yo ya puedo dormir tranquilo. Ya no tengo que andar escondiendo mi corazón de JdDO. Si quiere, ya sabe dónde encontrarme. Y si no, extrañaré su presencia, pero así es la vida. Lo que gané fue haber picado un trozo del hielo emocional que traigo dentro. Gracias, JdDO.